Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://emilyemlr702085.collectblogs.com/83116810/el-cabezazo-de-zidane-y-su-impacto-cultural